Uno de los cuadros más famosos del mundo es el de “Los Girasoles” del pintor neerlandés Vincent Van Gogh. Esta fama proviene, en parte, del hecho de que en marzo de 1987 se vendió por una cifra récord en una subasta en la casa Christie’s de Londres: 39,9 millones de dolares. La cuestión es que no es un solo cuadro ¡son siete!. Durante su estancia en Arlés, mientras esperaba la llegada de su admirado Paul Gauguin, Van Gogh pintó siete versiones del mismo cuadro, representando unos girasoles en un jarrón. Entre estas versiones hay pequeñas diferencias, tanto en el número de flores (tres, cinco, doce o catorce), como en las etapas de la vida de las plantas (en flor, o marchitándose) y en las tonalidades utilizadas. La versión vendida en Londres en 1987 al japonés Yasuo Goto era una de las tres con catorce girasoles.
Se cuenta que fue una mañana de 1888, en la que el viento mistral soplaba con fuerza en Arlés, de tal modo que Van Gogh se vio obligado a trabajar en el interior de su casa, y se puso a trabajar en bodegones hasta concebir la idea de este cuadro.
Hoy podemos saber con qué intención pintó Van Gogh esta serie, ya que se conservan las cartas a su hermano Theo, y en la número 526 escribía:
“Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles… Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena de cuadros. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol. Porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez.”
Vincent Van Gogh y Paul Gauguin habían pensado en montar en Arlés un “Estudio del Sur”, para Van Gogh se trataría de una comunidad de artistas de la que Gauguin sería el mentor. El significado de este cuadro podría ser el de que, al igual que el girasol gira siguiendo el movimiento del sol, de igual modo Van Gogh se guiaría por Gauguin. Ambos genios tenían fuertes personalidades, y la relación entre ambos no acabó bien (algunos atribuyen a esta tormentosa relación la causa del corte de la famosa oreja de Van Gogh).
Dejando a un lado toda la historia alrededor del lienzo y centrándonos en el estilo, el cuadro en sí mismo se consideró innovador por el uso del color amarillo en todo su espectro, aunque aparecen también naranjas, ocres, marrones y beiges. Para que resaltase el amarillo y el naranja, el pintor recurrió al verde y azul cielo en los contornos. Los estudiosos dicen que el amarillo representa el mundo interior en la pintura de Van Gogh, cabe comentar que mandó pintar de amarillo su casa de Arlés, dentro de la cual concibió y pintó la serie de pinturas que hoy comentamos.
El color está aplicado con fuertes pinceladas, agresivas, con pequeños toques salteados. Esta técnica crea un relieve sobre el lienzo que logra darle volumen a los girasoles. Se ha ubicado a “Los Girasoles” en el postimpresionismo y el simbolismo.
Los Girasoles es seguramente el cuadro de naturaleza muerta más famoso de todos los tiempos. Sus colores nos atraen como pocos cuadros logran hacerlo, y con el paso del tiempo gracias a sus reproducciones ha llegado a estar presente en nuestra vida de muchas maneras: tarjetas, paños de cocina, tazas, etc. Gracias a nuestra web y tu imaginación, cualquiera puede disfrutar de este Van Gogh, o cualquier otro cuadro de su agrado en su propio hogar, puedes mandar imprimir láminas decorativas sobre papel fotográfico, o un lienzo con bastidor de madera para decorar tu hogar. ¡Llévate el arte a tu hogar, y haz de este tu museo particular!