No conocemos a muchas mujeres pintoras, y no es por que no las haya habido; se trata de una de esas injusticias de la historiografía que estamos a tiempo de remediar. Así que hoy, en la fecha de su nacimiento, dedicamos la entrada de nuestro blog a la pintora impresionista Eva Gonzalès, nacida en Paris el 19 de abril de 1849, es decir, hace exactamente 167 años.
Gonzalès no parece un apellido muy propio de una parisina, pero hay que tener en cuenta que Eva era hija del escritor español nacionalizado francés, Enmanuel Gonzalès. El primer maestro de Eva fue Charles Joshua Chaplin, con quien inició su formación como pintora a la edad de 16 años, pero tuvo mucha más influencia en nuestra protagonista de hoy Édouard Manet, de quien fue alumna y modelo y con quien mantuvo una relación de amistad y colaboración que duró durante toda la vida de ambos. Obra del maestro Manet es un retrato de Eva Gonzalès pintado entre 1869 y 1870, que os mostramos a continuación.
Cuando se habla de la evolución como pintora de Eva Gonzalèz, suele decirse que en la primera etapa de su carrera estuvo influenciada por Manet, y en la segunda etapa, a partir de 1876, su estilo evolucionó haciéndose más personal, influenciada por Edgard Degas. Esta evolución artística se hizo visible en la utilización de colores más claros y el uso frecuente del pastel.
Contrajo matrimonio con un grabador en 1879 y falleció en 1883, con 34 años, a causa de una embolia provocada durante el parto de su hija Julie, solo 5 días después de la muerte de su maestro Manet. Está enterrada en París, en el cementerio de Montmartre.
Su obra
Los cuadros de Eva se caracterizan por el gusto por temáticas sencillas y los interiores. Para recordarla hoy hemos elegido dos cuadros, cualquiera de ellos es idóneo para encargar una reproducción en impresión digital en nuestra web.
En el museo Gaston Rapin se guarda “Enfant de Troupe” o “El Soldadito”, un óleo sobre lienzo que se expuso en el Salón de 1870 en París.
Otra obra destacable de Eva Gonzalès es “Mañana rosa” o “La Matinee Rose”, un óleo sobre lienzo de 1874, en la que su hermana Jeanne le sirvió de modelo. Este cuadro está en el museo de Orsay.
Hasta aquí nuestro sencillo homenaje a esta artista, una mujer pintora que murió joven, pero que sin duda merece un espacio en la historia de la pintura.